LAYER CAKE DE PASCUA CON MANZANA Y CARAMELO

¡Ay! ¡Lo bien que olía toda la cocina cuando hacía esta tarta! Adoro las tartas de manzana. Podría decir que después de las de chocolate, las de manzana son mis preferidas. Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea de hacer una layer cake con esta fruta, y aprovechando que estamos en plena Semana Santa, me puse manos a la obra.

Es la primera vez que hago el bizcocho de este modo. Pensé que si a uno básico de mantequilla le sumara una suave compota de manzana y canela, estaría de rechupete. Y no me equivocaba.

El resultado es un bizcocho firme pero tremendamente jugoso, en el que te encuentras con los suaves trocitos de manzana por todas partes. Calado con un almíbar ligero de canela, cada bocado es una delicia.

Por supuesto, el relleno es una cheesecream con un toque de caramelo. Una combinación ideal y nada empalagosa. Este tipo de tartas, al ser tan altas y llevar varias capas, agradecen una crema fresca y ligera.

Para decorarla, churretes de salsa de caramelo ¡y estos huevitos de Pascua tan monos!😋😋

Cómo podéis ver en el corte, se aprecian bastante bien los trocitos de manzana, que están por todas partes. Aiins!....qué rica que está!

Ingredientes del bizcocho de mantequilla y compota de manzana:


Para el bizcocho:
- 4 huevos
- 200 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 200 gr de azúcar blanco
- 200 gr de harina de trigo de repostería
- 2 cucharaditas de postre de levadura química
- 1 cucharadita de postre de extracto de vainilla
Para la compota:
- 2 manzanas (he utilizado la variedad Red Delicious que me gusta mucho, pero podéis utilizar la que queráis)
- Medio vaso de agua
- Canela
- 1 cucharada de azúcar
Para el almíbar ligero:
- 200 ml de agua
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de canela
Para la cheesecream de caramelo:
- 180 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 250 gr de queso Philadelphia (normal, no light)
- 120 gr de azúcar glacé
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 2 cucharadas de caramelo (yo he utilizado el caramelo líquido de la marca Royal)
Para la salsa de caramelo:
- 100 ml de nata
- 100 gr de azúcar blanco


Preparación
Lo primero que haremos será la compota, así las tendremos preparada y fría para luego añadirla a la masa del bizcocho.
En un cazo ponemos a hervir el agua con la manzana pelada y troceada, azúcar y canela (al gusto). Cuando rompa a hervir, bajamos temperatura y cocemos lentamente hasta que se vaya reduciendo el agua y la manzana quede blandita, como podéis ver en la foto de abajo, (que no se deshaga del todo, ya que no queremos un puré, sino que se noten bien los trozos de la manzana en el bizcocho).
Cuando la tengamos escurrimos el agua que nos haya quedado y dejamos enfriar.

Ahora ya podemos preparar el bizcocho. Como siempre, precalentamos el horno a 180ºC.
Ponemos la mantequilla blandita a temperatura ambiente en el bol del robot tipo Kitchen Aid y la batimos ligeramente con la pala. Con una batidora de varillas perfecto también.

Seguidamente añadimos el azúcar y seguimos batiendo un poco más enérgicamente para que se integre muy bien en la mantequilla.

Cuando haya blanqueado y aumentado su volumen, empezaremos a verter los huevos, uno a uno. No incorporar el siguiente huevo antes de que esté incorporado el primero.

Por último echaremos dentro el resto de ingredientes secos: la harina y la levadura, todo bien tamizado para que no se formen grumos. También la cucharadita de vainilla.

Y así queda la masa de este bizcocho. Cuando tengamos la compota fría juntamos todo.

Engrasamos y enharinamos el molde (si es necesario). Yo he utilizado un molde desmontable de 16 cm de diámetro y 13 de alto, así sube bien el bizcocho y no hay peligro de que se salga. Pero podéis utilizarlos más bajos repartiendo la misma cantidad de masa en varios moldes iguales.
Al ser el molde bastante alto hay que tener más cuidado de que no nos quede crudo el centro del bizcocho. Si se está dorando mucho pero aún está algo líquido podemos taparlo con un trozo de papel de aluminio para que se siga cocinando y no se dore más.

Tardó entre 40-50 minutos hacerse, pero dependerá de vuestro horno. Cuando el palillo salga ''limpio'' (entre comillas, ya que lleva manzana y algo se pega), estará hecho.

Lo dejaremos enfriar antes de desmoldarlo y mientras tanto, aprovechamos ese tiempo para hacer la crema y el almíbar.


Para hacer el almíbar, siemplemente juntamos los ingredientes puestos más arriba y calentamos para disolver el azúcar (bien en cazo o en el micro), y una vez frío lo pasamos a un biberón de salsas.

Para la cheesecream de caramelo 😋😋😋 absolutamente deliciosa, comenzamos batiendo con la pala (o con las varillas) la mantequilla, que tiene que estar siempre a temperatura ambiente. Cuando gane cuerpo, iremos añadiendo muy poco a poco el azúcar glacé bien tamizado (es muy importante tamizarlo aunque sea un azúcar muy fino, siempre pueden quedar grumos que estropean la crema). Añadimos un poquito e integramos, otro poquito y batimos,...así hasta que se acabe el azúcar.
Para darle sabor echamos el extracto de vainilla y el caramelo líquido, e integramos bien. Y para finalizar, sólo nos queda añadir el queso crema, que batiremos a poca velocidad y poco tiempo, el suficiente para que se integre bien y nada más, ya que queremos conseguir una crema con cuerpo, suave y sedosa.

Y ya podemos proceder al montaje de la tarta. Una vez el bizcocho esté frío, lo cortamos en varias capas con la ayuda de una lira. Me encanta utilizarla porque salen los cortes perfectos. Con el cuchillo siempre hay riesgo de que no salgan iguales.

Calamos con el almíbar. Rellenamos una manga pastelera con la crema y con ella cubrimos el bizcocho. Ponemos el otro bizcocho encima y repetimos la operación, así hasta que acabemos.

Cuando tengamos las capas ya montadas, empezamos a cubrirla con la crema sobrante, por arriba y por los laterales. Poca crema si queréis hacer un estilo ''nude cake'' como yo, o más crema para cubrir totalmente el bizcocho (en este caso tendríais que hacer más crema que la que indico arriba).
Ponemos una primera capa fina, la famosa ''cubre migas''. Enfriamos 20 minutos en la nevera y volvemos a aplicar otra capa, también fina, para que no cubra totalmente el bizcocho y aporte ese toque rústico.
La crema también hay que meterla en la nevera porque se ablanda con el calor de las manos, y para untarla tiene que estar bien fría y firme.

Cuando terminemos, volvemos a reservar la tarta en la nevera, y mientras vamos haciendo la salsa de caramelo.

Hacer la salsa de caramelo es muy fácil, pero sí hay que extremar las precauciones porque alcanza temperaturas elevadísimas y puede provocarnos serias quemaduras.
Es mejor hacerlo en un cazo que sea alto preferiblemente, pues siempre puede salpicar un poco, así tendremos las manos más alejadas de él mientras lo hacemos.
Simplemente tenemos que poner el azúcar en el cazo a fuego medio hasta que empiece a tener una tonalidad dorada, tipo miel. Es importante esto ya que si nos pasamos dándole calor al azúcar quedará muy amargo. Calentamos la nata y muy poco a poco la vamos añadiendo al azúcar, ya apartado del fuego. Hay que tener cuidado en esta parte porque puede salpicar un poco. Removemos constantemente hasta que deje de burbujear, y pasaremos la salsa a otro recipiente para que enfríe (uno muy resistente al calor).

Cuando esté fría la vertemos sobre la tarta, dejando que llegue a los bordes y gotee por los mismos. Yo lo hice como veis en la foto, con una salsera. Podéis hacerlo también con un biberón para salsas.

Para finalizar, introducimos un rato la tarta en la nevera para que el caramelo se fije, y luego decoramos la tarta. En este caso, con la boquilla 1M de Wilton hice unas espirales con la misma crema del relleno y coloqué los huevos de Pascua encima.

¡Eso es todo! Espero que os haya gustado este post y que os animéis a hacer esta tarta, que de verdad, sale buenísima.